La utilización de biomasa
como combustible es una alternativa energética porque, por una parte, a partir
de los restos orgánicos se pueden obtener multitud de productos, y por otra, se
adapta a los campos de utilización actual de combustibles tradicionales. Existen
multitud de modelos de calderas, quemadores, estufas y chimeneas que utilizan
este sistema de biomasa, especialmente el combustible sólido. Existen
tres tipos de combustibles por biomasa:
Sólidos: astillas, serrín, pellets (pequeños restos
orgánicos aglomerados), briquetas, carbón vegetal.
Líquidos: combustibles de sustitución de los derivados del
petróleo o como aditivos de éstos para su uso en motores (alcoholes,
biohidrocarburos, aceites vegetales).
Gaseosos: gas de gasógeno, biogás,
hidrógeno (pila de combustible).
No hay comentarios:
Publicar un comentario