En la feria de arquitectura de Hamburgo se presentó la
casa BIQ (Bio Intelligent Quotient): un proyecto que permite vivir en una
vivienda calefaccionada por microalgas. Éstas se encuentran en paneles de
vidrio y se cultivan a base de luz, agua, nutrientes y dióxido de carbón.
Aunque suene increíble, en ningún momento se utilizan
combustibles fósiles. Al crecer, las algas que se encuentran en los paneles
permiten que el edificio se aísle de los ruidos externos y del sol en verano. A
su vez, cuando las algas se desarrollan, se extrae el excedente en biogás para
generar calor frente a las temperaturas invernales.
Las mismas fueron extraídas de un río cercano y no
sufrieron modificaciones genéticas. Una vez en los paneles, se les provee de
dióxido de carbono y nutrientes para que puedan desarrollarse y ser parte del
sistema automatizado.
Si
bien la realización tuvo un costo elevado, 6,5 millones de dólares aportados
por Internationale Bauausstellung (IBA), una institución del gobierno alemán
orientada al desarrollo arquitectónico y urbanístico.
No hay comentarios:
Publicar un comentario