
La casa se construyó buscando reducir su huella, e integrar la
construcción al paisaje circundante; no se cortaron árboles existentes, y se
utilizó estructura de Guadua, un material orgánico, que deja a la vista la
forma e imperfección de un crecimiento vegetal, muy atractivo cuando se habita;
es una estructura sismo resistente que viste el espacio y lo hace
particular.
Son dos niveles de piso, comunicados por un corredor central
conectado al paisaje a todo lo largo de la vivienda, en el primer piso, los
espacios comunes están totalmente abiertos, protegidos por extensos aleros y
aislados de la radiación solar por un techo jardín; que además, es un elemento
escénico en el segundo piso para el paseo del corredor exterior.
El sistema estructural, es independiente de los cerramientos,
los cuales se construyeron con sistemas livianos de paredes, y módulos de
petatillo de teca de reforestación o cedazo, la sombra generada por estos
elementos, nutre el espacio de diversos tamicen que enriquecen la simpleza de
los espacios interiores.
Se incorporó al proyecto un diseño de jardín que incluye más de
30 especies de plantas nativas de la zona, para incrementar la cantidad de
flores y fauna asociada a ellas (insectos, aves, murciélagos, etc.), árboles
grandes para generar sombra, y plantas fitodepuradoras en el sistema de aguas
servidas.
La casa se encuentra aislada de la red eléctrica, por lo que se
implementaron sistemas fotovoltaicos para la generación de energía tanto para
la casa, como para la piscina, se usaron calentadores de agua solares, y no se
requiere del uso de aire acondicionado gracias a la sombra de techos generosos
y la ventilación cruzada en todos los recintos, aprovechando la brisa marina.
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